27 feb 2011

VOLVER A DESPERTAR


Me había quedado dormido a la sobra de un viejo algarrobo, a un costado del camino. Y allí dormí y dormí durante mucho tiempo, cómodo, sin preocupaciones ni presiones… hasta que un día llegó una amiga, una hermana, una compañera y me despertó diciendo: “¿Retomamos?”. 

Levante la mirada, todavía adormecida y vi el sol, sentí el aire que corría fresco y recordé el camino que tenía por delante. Tomé con firmeza la mano que me ofrecía y me puse de píe. Entonces note que no venía sola, y me inundó una inmensa felicidad, la alegría del camino compartido. 

Las miradas eran muchas e intensas y la sonrisa estaba en cada uno de los rostros. Unas palabras sonaron fuertes, dichas tal vez por uno, pero compartida por todos: “Hay que seguir andando no más”

Y entonces nos pusimos en marcha, construyendo nuestro camino, con la mirada en el horizonte y la felicidad ardiendo dentro del corazón…

¡ ¡ ¡Gracias por haberme despertado y a seguir caminando!!!

¿UNA PREGUNTA?


Hace ya algunos días que tengo una pregunta rodeándome. Y me inquieta bastante porque es una pregunta de esas que resultan incómodas, y en ocasiones demasiado. Creo que podría ser comparable a que un pescador detenga un día su labor y se pregunte que es pescar, y no encuentre la forma de responderse aunque allá pasado su vida haciéndolo.

Bueno quizá es una comparación un tanto exagerada, pero va al centro del asunto. Pues la pregunta que me anda cuestionando se relaciona con aquello que tanto amo hacer: el caminar.
Fue hace cerca de una semana que me senté tranquilo en una silla mirando por el balcón hacia el mar y de pronto vino a mí: “Caminante, ¿qué es caminar?”

Fue demoledora… no hubo anestesia, o siquiera aviso. Se disparó de pronto, desde lo más hondo de un alma echada al descanso.

Porque así estaba mi alma, literalmente echada, inmóvil, acosada por el calor y totalmente negada a moverse.
Entonces sobrevino el desastre, o la gracia, dependiendo desde donde se lo mire, de la pregunta… caminante… ¿qué es caminar?...

¿Será porque desde que tengo memoria que camino, que nunca me cuestione que es realmente caminar? Siempre lo hice, y siempre con mucho placer. Bueno tal vez no siempre con placer, pues si quiero encontrar una respuesta tengo que sincerarme y encararme de frente a mí mismo, y decirme: “no siempre disfrute de caminar”.

Algunas veces habrá sido molesto, tal vez muy molesto, o tal vez no tanto. Algunas veces lo habré hecho feliz, otras con dolor. Algunas veces habrán sido largas caminatas, otras cortas. Algunas veces habré aprendido mucho, otras poco, y otras quizá nada… pero siempre, siempre camine…

Es que caminar es lo que hace el hombre. Esta rara especie que vio la luz en un mundo lleno de vida, es una especie de caminantes. ¿Cuántas huellas habrá dejado el hombre? Descalzo, con sandalias, modernos zapatos, sobre ruedas, o como sea… millones de millones de millones de huellas que dejaron los pasos de la especie más adicta a este oficio.

Entonces el caminar  es una cualidad, algo inherente al hombre, y es a la vez su oficio. Pero eso es solo una parte. Caminar es una vocación, y no cualquier vocación, es aquella por excelencia, es la predilecta, la ineludible. Todo hombre y toda mujer que haya visto la luz en este mundo ha caminado, ha elegido caminos o los ha seguido sin saberlo, pero todos y todas han caminado.

Por supuesto no me refiero con caminar a ese acto físico-muscular de mover las piernas para desplazarse en un espacio determinado, porque si a esto me refiriese no todos caminan. Sino que me refiero a algo mucho más profundo, que cala hondo en la esencia de lo humano.

No se si podría mandarme a la increíble tarea de definir el acto de caminar, la vocación de caminante, creo que es mucho para mi hacerlo, recién tomo conciencia de su dimensión y es muy temprano para arriesgar. Pero si puedo decir que caminar es andar un camino.

Camino algunas veces ya dispuesto, seguido por otros antes que uno, pre determinado dirían. Otras construido, como diría el poeta español “caminante son tus huellas el camino y nada más, caminante se hace camino al andar”. Algunas veces compartido, otras tantas recorrido en soledad.

Camino, caminante, caminar… palabras… ¿solo palabras? Lo dudo mucho, son estas la que describen la vida del hombre en la tierra, son las que nos cuentan de sus pasos, sus necedades y sus aciertos, nos lo cuentan las huellas, las que están y las que ya no se ven. Y son las que escriben los nuevos caminos que recorren nuevos hombres y mujeres y que seguirán andando otros muchos quizá.